verás
a juzgar por los retratos familiares
que guardo en un álbum de mi iphone
titulado parís junio 2016
papá tú y yo fuimos muy felices
en el número 10 de la rue poissonnière
cantando como las personas felices
abrazándonos como las personas felices
y hasta culpándonos como las personas que parecen felices
pero que en realidad se sienten mediocres
los tres sabemos que una fotografía bonita
no ha de significar cosas bonitas necesariamente
a veces se trata sólo del fragmento más luminoso
que alcanzamos a rescatar de la tormenta
e igual que parís bajo la lluvia de junio puede ser hermosa
el amor bajo la ira también puede sosegarse
no te asustes
no digo que estuviéramos fingiendo
lo que trato de explicar es por qué las vidas perfectas
a veces precisan de un portazo
de un golpe en la pared
o de un yo me largo
sin eso
no serían perfectas
sin furia
papá tú y yo nos desmoronaríamos
porque quizá ser feliz sólo sea saber soportarse
a juzgar por las fotografías
en las que tu cabecita sobresale del portabebés marrón
y en las que se aprecia nuestro gusto por el queso oloroso
los litros de salsa de soja de la rue sainte anne
o las librerías más turísticas y polvorientas
tú serás un hombre y llorarás como lloran los hombres
tu serás un hombre y odiarás como odian los hombres
tu serás un hombre y amarás
como papá y yo te amamos en este instante
empapados por la lluvia que disfraza a la ciudad
ebrios de las lágrimas que construyen nuestra paciencia
ebrios de las lágrimas que construyen nuestra paciencia
***
París, junio de 2016.
Texto publicado en el suplemento Vein Kids de la revista Vein.
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