Gracias Universo por darme tanto, gracias por permitirme mirar y experimentar el miedo y el arrojo.
Gracias por permitirme descubrir el aprendizaje y la valentía al lado de los amigos, la lealtad y el honor al lado de la familia, gracias por mostrarme la sabiduría en la ausencia, en la pérdida y en la derrota.
Gracias por las alas, el aire y el fuego, gracias por lo que colocas a mi paso para hacerme crecer, gracias por los reflejos de lo que tengo que examinar en mi, gracias por el ejemplo de lo que tengo que mejorar, gracias por necesitar menos y que pueda aportar más.
Decreto que el infinito sea manifestado en todo, de manera sabia y creativa, con amor y con paz, con risas y afectos, con honestidad y en libertad. Decreto entendimiento y evolución para todos, decreto que la fuente nos llene de parabienes, decreto que el amor lo inunde todo, que lo colme todo, que lo cree todo. Así es, hecho está. Hecho está
Aprendí que la abundancia llega de muchas fuentes.Que el dolor es un bello maestro, que purifica. Que la frustración y la incomprensión están siempre a medio camino del conocimiento y la compasión. Que cuando me siento agobiada es porque aún no comprendo todo correctamente. Aprendí que el tiempo es exacto para quien sigue caminando. Que la libertad acompañada es necesaria. Que se debe aprender a amar mejorando. Que la amistad y la familia son las dos grandes bendiciones. Que la vida es generosa pero que hay que mirar más atentos. Aprendí a dejar cuidarme por otras mujeres. Aprendí a evitar reaccionar, aunque eso aún me cuesta mucho trabajo. Aprendí que todo lo interior lo manifestamos en el exterior, que todo es simbólico. Aprendí que las mayores pruebas están regresando a tus raíces. Aprendí que aún en el caos, en medio de la contingencia, existe la magia. Aprendi que no todos creen en la magia y que no importa, hacemos magia también por los que no creen.
Me siento orgullosa de mi, de las cosas que iluminan mis ojos y de los ojos que ilumino.
He vivido sola desde los 18 años, es decir, ya la mitad de mi vida. Desde entonces he aprendido a resolverme la vida sin mucha ayuda. Me gusta ayudar en lo que puedo pero me cuesta un poco pedir a los demás, no puedo dejar de sentirme en deuda por lo que se me da, prefiero no molestar.
A inicios de este año dejé mi trabajo como directora de Innovación para participar en una elección por la presidencia de mi municipio. Sin tiempo para ahorrar, tomé mi finiquito y con eso inicié todo, sabía que de algún modo lo resolvería, a pesar de todas las voces que sugirieron lo contrario. Entendí o aprendí ahí que la mejor forma de tomar decisiones es siendo guiada por la intuición, el amor y la búsqueda de la verdad, jamás por el miedo.
No sabía sin embargo que lo que en ese mismo momento pasaba en China llegaría a México para iniciarnos en un proceso de crisis, de reconstrucción. Cuando la pandemia se expandió, la situación se volvió más compleja...ya han pasado casi nueve meses. Nunca en estos nueve meses he dejado que el miedo rija, he sabido que de algún modo la vida es un eterno fluir, sabía que estaba a la puerta de un nuevo aprendizaje. Hay muchas cosas que ahora pienso, y mucha gente a la que estoy agradecida, quisiera poder nombrarlos acá, pero son en verdad tantos.
Hoy estoy limpiando la mente y el espíritu, tratando de comenzar un nuevo ciclo desde la claridad. El año 2020 ha sido un año tan distinto ¿cierto?, yo sigo aprendiendo. Me resuena en el corazón algo que leí hace años en un libro de filosofía y que ahora les comparto: «Entre más hermosa y radical es nuestra nueva visión, más profunda es la reconstrucción interior requerida.» Es cierto, testifico que este año ha sido de profunda transformación, es por eso que nuestra reconstrucción interior ha sido incluso un poco dolorosa.
Pero este año ha sido para mí uno de los mejores, he conocido a personas de mi comunidad que me inspiran y me animan a seguir generando cambios, he aprendido mucho sobre la abundancia, sobre la generosidad de los demás y sobre el amor. Me siento más abierta y receptiva. Acabo de colgar el teléfono con Jei y solo puedo sentir alegría por lo que se está gestando en nuestras cabezas, en nuestros corazones. Acabo de cenar el pozole que trajo hoy doña Baci y solo puedo sentir agradecimiento por la vida y la generosidad de todo cuanto me rodea.
Hoy por la mañana mientras lavaba los trastes y escuchaba una serie de Netflix-que me parece la más dulce bella y poética de todas las series- entendí esto : además de amar a las personas "Tienes que dejar que las personas te amen."
Una de las grandes lecciones de este año ha sido asumir mi voz desde el poder femenino. Me he dado cuenta de la importancia del equilibrio de estas dos energías, la masculina y la femenina en un mundo que definitivamente está fuera de balance. El poder femenino tiene que ver con la inclusión y con la conexión. Es un poder que cuida y sana. "A lo largo de la historia de la humanidad han cruzado guerreros y maestros importantísimos que lograron cosas increíbles a través de su poder femenino. Son los personajes que descubrieron lo poderoso que puede ser el amor y la compasión. "
Recuerdo que durante la campaña varios hombres me llamaron por teléfono para recomendarme que no subiera videos viéndome vulnerable. Y yo solo pensaba en como esta sociedad niega el poder de la sensibilidad, de la vulnerabilidad y por tanto de la honestidad. Pero estas tres cualidades son realmente poderosas. La sensibilidad es primordial para la empatía, el descubrimiento y la creación. La vulnerabilidad es un ejercicio de humildad y reconocimiento, y la honestidad nos reconecta con nuestro propósito y nos permite transmitirlo a los demás. Todo ser humano tiene el poder y la capacidad de ambos poderes el femenino y el masculino. Son las fuerzas complementarias, el ying y el yang. Combinadas ambas fuerzas son un poder imparable.
Hoy pienso en eso y pienso en este mundo donde las energías femeninas se descartan como débiles o insuficientes y las energías masculinas dominan. Pienso en un mundo donde todavía somos incómodos aquellos quienes buscamos el equilibrio entre ambas energías. Encontré esta imagen hoy en mi feed y pensé que más allá de pensar con recelo en "las brujas que han sido quemadas" hay que pensar que al quemar a la brujas han admitido la existencia de la magia.
"Dadme algunos hombres de corazón intrépido, capaces de pelear en defensa de su fe; empezad por darme diez, de corazón intrépido, y pronto diez mil yo os daré "
Valiente es la palabra que más ha dicho la gente que visito cuando me presento con ellos para pedirles permiso para convertirme en candidata independiente.
La historia de mi nombre carece de romance, mis padres dicen que lo leyeron en la esquela de un periódico, les gustó y así me nombraron. El nombre de una mujer muerta, pensé cuando me lo contaron. En la primaria los niños me decían Bessicleta, o Bessicula. Ahora me causa gracia y a veces así me llamo a mí misma. Bessicleta es un apodo bien bello.
Años más tarde descubrí que existieron otras Bessies, que si bien también muertas, nos dejaron cosas inmortales. Bessie Smith, "La emperatriz del blues" de los años 20´ me presentó la belleza del Delta del Missisipi. Y la crueldad de los humanos, pues murió víctima directa de la discriminación racial. Luego, conocí a Bessie Coleman, una aviadora civil estadounidense que fue rechazada por todas las escuelas de aviación de Estados Unidos, y sin embargo es recordada por ser la primera mujer afroamericana piloto y la primera persona de ascendencia afroestadounidense que obtuvo una licencia internacional. No solo voló, sino que fundó una escuela para "enseñar a volar" a más afroamericanos. Murió, en un accidente, volando. A mí ahora no me parece un accidente, sino el destino de quien alzó tantas veces las alas.
A esas alturas de mi conocimiento sobre Bessies, mi nombre estaba ya muy bien reivindicado, poco a mucho el nombre de Bessie iba encontrando su luz en mi identidad. Fue entonces que sucedió algo extraordinario: una noche, mientras leía el feed de esta red social, me encontré con que había sido agregada a un grupo internacional de otras mujeres llamadas como yo. En el grupo mujeres de muchas nacionalidades compartían el significado de nuestro nombre. Entonces, por primera vez leí que mi nombre, el nombre que una mañana tras leer el periódico me habían puesto mis padres, tenía un significado realmente poderoso,
"Bessie means oath of God or God is satisfaction ( Greek, American and Hebrew meaning) Bessie means God is bountiful or God of plenty (English meaning) Bessie means Pledge to God."
Así fue que descubrí que mi nombre significa "Abundancia" y al mismo tiempo: "compromiso con Dios".
Hace unos días, en medio de esta distancia aparente en la que nos tiene la contingencia, Ana Paula Barragán me incluyó a un grupo de 21 meditaciones sobre la abundancia. Hoy es el día 11,
y estoy aprendiendo. Aprendo a ver la abundancia, el milagro de cada cosa, y de cada compañía. El regalo de cada ausencia, y voy entendiendo. Que todo nos ha sido dado, que hay que agradecer toda crisis, porque toda crisis encierra una bendición oculta. Que nunca hay una perdida sin una ganancia. Que si nos adentramos en los niveles más profundos del misterio, nos daremos cuenta que aún en el caos, todo está en el orden divino de las cosas.
Entonces entiendo, que todo lo que esta equilibrado evoca gratitud. Que cualquier desequilibrio era una ilusión. Que siempre ha existido el orden divino. Y que el agradecimiento es como todo, cuanto más se expresa, más se multiplica. He ahí la abundancia, y ahí el compromiso.
Así que gracias, a todos, a cada momento.
“Tus visiones se volverán claras solo cuando puedas mirar hacia dentro de tu propio corazón. El que mira hacia fuera, sueña; el que mira hacia dentro, despierta.”
C. G. Jung
Canción para leer este post: Bruce Springsteen - You're Missing
Tenía que levantarme a las cinco de la mañana para volar, pensé en dormir llegando a casa pero, salí del metrobus, caminé como siempre por el eje -llevaba en los audífonos la canción de Leo Dan que sirvió como fondo para la entrega del Oscar a mejor director - caminaba y venías a mi mente, poco recordaba, tuve que hacer de mi memoria selectiva un catalizador de mi coraje, digo coraje pensando en sus dos definiciones, valor y rabia.
El coraje de hasta hace algunos días había sido suficiente para cauterizar la pequeña herida, digo pequeña resguardando aún a mi inhabilitado corazón, éste mi disciplinado orgullo.
Pero esa noche, decidí darle chance a los recuerdos, pasé al oxxo, compré una lata de cerveza y unos cigarrillos, al llegar a casa salí al balcón, me senté ahí en pijama y pensé en ti, de una manera muy tranquila, muy moderada, fumaba y tras cada humo que me salía por la boca volví a sentir esto que se desborda, esta sensación que después de la vez ultima no permití, y comencé a sumergirme nuevamente en mi coraje, entera... miraba sin mirar, cómo se regaba en mi cuerpo el sentimiento que no me quise permitir...un dolor fuera de tiempo, me reí, que ironía pensé, otra vez... la asincronía.
A veces ayuda observar, intuir, creer, que somos espejos. Que somos maestros. Y que ahí donde hay un conflicto, hay la oportunidad de "resolverlo".
Ningún encuentro es casual, incluso los más sutiles, y el aprendizaje como escribió Milan Kundera no suele venir del acto que tú eliges sino del acto con el que te topas contra tu elección, tu pensamiento y tu deseo, por ese camino has de ir, ahí es donde has de hacer de aprendiz. A veces el contrato sagrado que tenemos con el otro no nos será agradable, ahí tendremos que estar atentos, porque será una clara invitación de algo que trascender, será ahí donde habrá que observar más profundamente, trabajar el espíritu y agradecer.
"Somos seres divinos en un viaje compartido, cada uno con dones y talentos que llevamos para completar nuestra gran obra. Estoy aquí para ayudarte a vivir de acuerdo son tu mayor potencial, como tú lo haces por mí. Este es nuestro contrato sagrado"
Querida Clau, el martes fui a una fiesta como a las que solíamos ir hace diez años. Los recordé a todos, pero en especial a ti. Fue cuando me formé para el baño que encontré frente a mi a una chica universitaria tan parecida a ti a los 23. No pude dejar de verla y pensar en lo bonita que te veías cuando llegaste esa noche a "Clínica Regina" con tu vestido negro y aretes rojos. ¿Fue ese mismo día que "La bota" se inundó y terminamos la noche hablando de "Jeux d'enfants" en la zotehuela de Laura? No lo recuerdo. Recuerdo sin embargo otras cosas. Nuestras risas, nuestros afectos, nuestras conversaciones.
Hace una semana mi prima mandó un mensaje, desazonada porque la que fue su mejor amiga la eliminó de facebook. Después preguntó, casi amenazando:
-Tú no me harás eso nunca, ¿verdad?
-Nunca voy a dejar de quererte incluso tú no me quieras. Dije, luego pensé en ti.
Querida Clau. El amor es algo que no se rompe.
Hoy te busqué para decirte, y al ver que me has eliminado, sonrío y me lo tomo con gracia... como solíamos hacer.
Te quiero mi Clau.
«la razón nos ha enseñado a limitarnos
nos ha enseñado a ganar, pero nunca a perder.
Qué tal si hacemos todo lo que hacemos en realidad para perder
pero no para perder perder
si no más bien para darnos por completo sin quedarnos con nada »
XIII los que convencieron a las multitudes con su inspiración, los que conversaron tres días sin parar con las cabezas rapadas y luego saltaron al vacío, los que repitieron las palabras cientos de veces hasta llegar a los centros armónicos del lenguaje y hacer saltar la poesía en pedazos, los que se perforaron el cerebro para introducir gloria, ideas científicas y saludos de cumpleaños, los que liberaron a todos los pájaros de los museos y a todas las esporas de los invernaderos, los que abrazaron a sus madres, hermanas y amantes antes de partir a abrazar el mar, los que descubrieron los caminos auténticos en medio de la confusión, los que entregaron su sangre sonriendo, los hombres-faros que se irguieron majestuosos en los mares y en los tiempos, los primeros en señalar el cielo y en ser deslumbrados por él y en pagar por su pureza en la oscuridad para siempre, todos ellos se elevan esta mañana, bocas agrias al despertar, ojos que echan raíces en el espejo, buscando la vida, que trepa, libélula en nuestra sangre.
Fragmentos de Diario de un agonizante, 1995, Julio Inverso, Vintén Editor.
"Tengo ganas de levantar los brazos y gritar cosas de un salvajismo ignorado, de decir palabras a los misterios altos, de afirmar una nueva personalidad vasta a los grandes espacios de la materia vacía.
Pero me reprimo y sereno. «¡Soy del tamaño de lo que veo!» Y la frase sigue siendo para mí el alma entera, apoyo en ella todas las emociones que siento, y sobre mí, por dentro, como sobre la ciudad, por fuera, cae la paz indescifrable del duro claro de luna que empieza ancho con el anochecer."
Cada día antes de dormir, Omar y yo nos damos "la bendición".
"Que estemos siempre juntos y felices", nos deseamos al final. Hemos aprendido a dominar el fuego, a domesticar los ojos y la lluvia, a nutrir nuestra raíz. Gozamos un amor que nos ha trascendido.
Soy feliz.
"¿Te imaginabas estar aquí? Yo sí, desde ese entonces. Intuía algo más allá de mis deseos y tus voluntades, siempre he pensado que esto va más lejos de nuestras opciones". O.
Sabes bien, no
gusto de hablar de tristezas, no por falta de confianza, es sólo que creo que
lo que pensamos se expande.
Estuve adolorida. Te recordé varias veces cuando
en una llamada- de esos regalos precisos que tu generosidad tiene
conmigo- argumentando "la poca elegancia" que hay en las
mentiras, me advertiste que debía marcharme para que el dolor no me tocara,
supongo.
Cómo cada vez no hice caso,
tú ya lo sabías, me entusiasman
las barreras que parecen no demasiado
altas para poder saltarse. Mi obsesión por las transformaciones me tomó una vez
más y abrió la puerta a un futuro repleto de sinuosidades.Pues bien, no te he contado
lo que ha seguido después, y no tiene importancia que lo cuente ahora.
No es eso lo que esta noche me motiva a escribirte.
Fue, hace casi dos años y medio, era primavera, había tomado
la decisión de cerrar el canal de televisión. Me encontraba -podrás imaginarlo- en uno de esos pequeños lutos que nadie es capaz de percibir desde la superficie. Estaba, de nuevo, a la entrada de un futuro impredecible.
Era martes, y tenía una
cita de trabajo en una empresa dedicada a construir refinerías. No
describiré ahora lo desolador que fue adentrarme en este lugar, puede parecer exagerado. Lo que sí puedo decir es que durante los
meses que permanecí en esa rutina, tuve que hacer de mi mundo interior una
fortaleza para sobrevivirle.
La entrevista duró seis o más horas, entre exámenes y preguntas se hizo de noche. A las ocho, una
de las aspirantes me pidió mi turno para pasar primero y regresar pronto a
cuidar a su hija, así que terminé siendo la ultima. Cuando salí de ahí todo estaba oscuro, caminé
entre una calle de tierra guiándome por el paso lejano de los trailers que aluzaban a lo lejos. Me habían contratado.
Regresé en un
camión de trabajadores con uniforme naranja que trabajan para PEMEX.
Hablé a mi mamá para contarle. Llegué a la casa que acababa de rentar. Al
siguiente día debía conseguir un certificado médico y un acta de nacimiento
original para finalizar el tramite.
_____________
Meses antes, Helios Mora había terminado su viaje
por Brasil y había vuelto a México, sin ningún compromiso ni plan
estructurado decidió visitarme.
Reaccioné feliz a su reencuentro y recordé con cariño los años de infancia que
compartimos en Oaxaca.
Cosas que pasan, cosas que ya están dispuestas por la vida, se
quedó a trabajar en mi canal y se mudó a vivir conmigo. Era una maravilla compartir casa con mi mejor amigo. Hacíamos por la mañana el trabajo creativo y por la
tarde cocinábamos, tomábamos vino o café y platicábamos en la sobremesa. Nos
inscribimos juntos a clases de pilates y salsa. Nos hicimos un maravilloso
equipo, su presencia me iluminaba siempre.
Uno de esos días, antes de comenzar a trabajar, fuimos al
centro del pueblo en donde habían instalado grandes carpas de libros, le dije que escogiera uno y se lo regalé.
Añadí:
-Después que lo leas me lo compartes.
Las siguientes semanas en varias ocasiones me recordó que
había leído ya el libro y que estaba listo para convidarmelo. Lo seguimos
dejando para después.
"Hay algo muy importante que quiero leerte" Me dijo una noche.
Contesté que estaba un poco cansada, y él dejó de insistir.
Pasaron las semanas y los eventos tristes, en esos días me invadía de a poco el miedo, la desazón, la incertidumbre.
___________
La mañana siguiente a mi entrevista de trabajo entré a una
tienda de Tlaxcoapan, mientras yo miraba lo que deseaba comprar la chica que atendía la tienda platicaba con una mujer. Charlaban sobre Dios, luego se despidieron, la mujer salió del local, pero luego -como si hubiera reflexionado
en pocos segundos algo muy apremiante- dio media vuelta, volvió y abruptamente soltó otra pregunta, la muchacha le respondió con un salmo. Esa
escena me causó una fuerte impresión, y agradecí en secreto estar en ese
instante en ese lugar. En aquel momento sin embargo cada cosa que te cuento era un elemento aislado y sin tanta importancia.
Finalmente Helios
me acompañó por el acta de nacimiento. Regresamos a casa con la prueba de mi identidad después de comer barbacoa y consome en la plaza
pública.
De regreso la
desazón volvió a meterse en mi mente, Helios sentado al lado mío sacó un libro y comenzó a
leer en silencio. Me acerque unos minutos más tarde y mientras reposaba mi
cabeza en su hombro le pedí que me leyera. Ese capitulo del libro hablaba del miedo y de la fe. Las
palabras que leyó eran las palabras indicadas, suerte de bibliomancía. Lo
interrumpí animada para contarle lo que había pasado antes en la tienda de
colchas. Le expliqué como el salmo que pronunció aquella chica había causado una impresión profunda en mí, él me escuchó atento; le pedí que retomara la lectura, cambió la hoja y entonces leyó lo siguiente:
“Ponedme a prueba dice el eterno a la muchedumbre. Y vereís
si no abro para vosotros las compuertas de los cielos, Si no derramo sobre
vosotros una bendición tal que no tendreís lugar para guardarla.”
No podía creerlo, ¡era ese salmo!
"Es el salmo que escuché
ayer Helios" volví a interrumpir.
Él cerró el libro, me
miro a los ojos y dijo: Este es el libro que llevo semanas queriendo leerte. Escuchame: cuando hay un mensaje que se repite varias
veces en muy poco espacio de tiempo, es
algo que el universo desea que sepas.
Agregó: No soy yo quien te dice
esto Bessie, es Dios que te habla a través de mí.
Mientras nos mirábamos mis ojos se conmovieron y toda la presión contenida comenzó a disminuir, entonces tuve fe.
Quise contarte esto desde hace muchos días, seguramente
desde aquel entonces, y cada vez que lo hacía algo más me impedía publicarlo,
algunas veces fue el trabajo, otras el sueño.
Sabes, no te lo he dicho pero me ocurre con frecuencia que
la gente piensa que mi forma de mirar
las cosas es una especie de ingenuidad, noto como les abruma demasiado mi
visión positiva sobre los temas que plantean, el mundo, piensan, siendo realistas, no es bueno. Yo creo que la realidad es un acuerdo, una
estructura. Y como toda estructura es susceptible de ser transformada.
No necesito, sin embargo dar explicaciones, la vida guarda
en si misma una esperanza inagotable, Todo cuando nos rodea es bello. Hay
incluso en la desazón y la tristeza
grandes maravillas dispuestas a ser comprendidas y descifradas.
Hace tantos días que no había vuelto al blog querido Omar, lo he echado de menos.
Hoy, después de otras más cosas que han pasado y que he
querido contarte puedo afirmar nuevamente que todo lo he caminado en el mejor de los
mundos posibles, que no me arrepiento de nada, que la vida tiene misterios
difíciles de describir, que el dolor también construye y constato que muy al contrario de la frase que se le adjudica a
Albert Einstein, no es más fácil creer que pensar.
Ese momento que hoy te comparto, a las 3:21 de la noche, mientras la ciudad duerme, fue sólo el comienzo de un proceso donde debí ser fuerte. Ese mensaje lo recuerdo hasta ahora con la paz de quien encuentra certeza y lo repito: