19.11.20

Tienes que dejar que las personas te amen

He vivido sola desde los 18 años, es decir, ya la mitad de mi vida. Desde entonces he aprendido a resolverme la vida sin mucha ayuda. Me gusta ayudar en lo que puedo pero me cuesta un poco pedir a los demás, no puedo dejar de sentirme en deuda por lo que se me da, prefiero no molestar.

A inicios de este año dejé mi trabajo como directora de Innovación para participar en una elección por la presidencia de mi municipio. Sin tiempo para ahorrar, tomé mi finiquito y con eso inicié todo, sabía que de algún modo lo resolvería, a pesar de todas las voces que sugirieron lo contrario. Entendí o aprendí ahí que la mejor forma de tomar decisiones es siendo guiada por la intuición, el amor y la búsqueda de la verdad, jamás por el miedo.
No sabía sin embargo que lo que en ese mismo momento pasaba en China llegaría a México para iniciarnos en un proceso de crisis, de reconstrucción. Cuando la pandemia se expandió, la situación se volvió más compleja...ya han pasado casi nueve meses. Nunca en estos nueve meses he dejado que el miedo rija, he sabido que de algún modo la vida es un eterno fluir, sabía que estaba a la puerta de un nuevo aprendizaje. Hay muchas cosas que ahora pienso, y mucha gente a la que estoy agradecida, quisiera poder nombrarlos acá, pero son en verdad tantos.
Hoy estoy limpiando la mente y el espíritu, tratando de comenzar un nuevo ciclo desde la claridad. El año 2020 ha sido un año tan distinto ¿cierto?, yo sigo aprendiendo. Me resuena en el corazón algo que leí hace años en un libro de filosofía y que ahora les comparto: «Entre más hermosa y radical es nuestra nueva visión, más profunda es la reconstrucción interior requerida.» Es cierto, testifico que este año ha sido de profunda transformación, es por eso que nuestra reconstrucción interior ha sido incluso un poco dolorosa.
Pero este año ha sido para mí uno de los mejores, he conocido a personas de mi comunidad que me inspiran y me animan a seguir generando cambios, he aprendido mucho sobre la abundancia, sobre la generosidad de los demás y sobre el amor. Me siento más abierta y receptiva. Acabo de colgar el teléfono con Jei y solo puedo sentir alegría por lo que se está gestando en nuestras cabezas, en nuestros corazones. Acabo de cenar el pozole que trajo hoy doña Baci y solo puedo sentir agradecimiento por la vida y la generosidad de todo cuanto me rodea.
Hoy por la mañana mientras lavaba los trastes y escuchaba una serie de Netflix-que me parece la más dulce bella y poética de todas las series- entendí esto : además de amar a las personas "Tienes que dejar que las personas te amen."





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