7.8.14

MAGÍA


Lo específico de la magia consiste inconcebir al universo como un todo en el que las partes están unidas por una corriente de secreta simpatía. El todo está animado y cada parte está en comunicación viviente con ese todo. O para decirlo con la fórmula de los estoicos: Simpátheia tôn hóln. De ahí que el objeto mágico sea siempre doble o triple y que alternativamente se cubra o desnude ante nuestros ojos, ofreciéndose como lo nunca visto y lo ya visto. Todo tiene afán de salir de sí mismo y transformarse en su próximo o en su contrario: esta silla puede convertirse en árbol, el árbol en pájaro, el pájaro en muchacha, la muchacha  en grano de granada que picotea otro pájaro en el patio de un palacio persa. El objeto mágico abre ante nosotros su abismo relampagueante: nos invita a cambiar y a ser otros sin dejar de ser nosotros mismos. El interés moderno por el ‹‹arte mágico››  no expresa una nueva curiosidad estética, sino que tiene raíces bastante hondas: sabemos que nuestro ser es siempre sed de ser ‹‹otro›› y que sólo seremos nosotros mismos si somos capaces de ser otro. Le pedimos al arte el secreto del cambio y buscamos en toda obra, cualesquiera que sean su época y su estilo, ese poder de metamorfosis que constituye la esencia del acto mágico.

OCTAVIO PAZ

1 comentario:

Deep Camboya dijo...


Magia, Paz, Actos, Objetos y Afanes... toda usted.

y canción!:

https://www.youtube.com/watch?v=_PLq0_7k1jk

O.