28.8.13

Cumpleaños.


Dejé mi celular en casa, salí a la farmacia (…) Después vi tus llamadas perdidas y ese mail.

Hace ya cuatro años atrás (…) había terminado con Lucía, me había dejado por primera vez (...) recibí una de sus llamadas pidiendo que regresáramos, cosa que hice al momento, y entonces dejé mi plan de irme a salvar tortugas, en su lugar quise creer en lo que era el amor. La cosa no duro más que otros seis meses hasta la separación final.

Después sucedieron cosas que me han llevado a otras.

De pronto pasaron contigo, me vi, casado y siendo un padre ejemplar a tu lado (…) Te he pedido disculpas por eso, por confundir todo lo bueno que pudo suceder, por echarlo a perder y por abolir cualquier encuentro que pudimos tener en el futuro.

(…)
Me dí cuenta, como iluminación divina de esto cuando supe que ibas al d.f. y yo sin tu teléfono, eliminé tu número para no llamarte a la hora de la desesperación etílica (...) y fue la frustración andante, por todos lados tratando de encontrarte, a amigos y enemigos preguntando tu número, y nadie te localizaba. Caminé un buen tramo por bares y cafés del centro suponiendo a dónde te llevaría  Isa y Josh.  Sabía que recibiría tu desprecio o en su menor caso tú  indiferencia. Pero no importaba, quería decirte muchas cosas, estando sobrio, como lo estoy ahora, decirte la verdad, pero no te encontré, ni ese día ni al otro en donde pensé que estarías en el CENART

Yo sé que no nos volveremos a ver, quise, tal vez provocar ciertas otras.

En mi cumpleaños, espero sea el más triste de todos, no me conformaré con sólo melancolía, o tristeza a medias, quiero el cumpleaños más triste, y así será.
Antes no me gustaban las despedidas, ahora les voy agarrando sabor.

(…) Te he llamado porque pensé que tal vez entenderías esto. Decirte que me disculparas, porque pude contigo ser una mejor persona, una persona feliz y me negué a ello. Lo siento.

Con amor.

Ricardo A.



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