Debo irme a las nueve, si me tardo corro el riesgo de no
alcanzar transporte.
Hoy me pasé de la hora, tengo demasiado trabajo.
A las nueve y minutos David me acompañó al colectivo, he
subido y mientras esperaba he cerrado los ojos de cansancio. Sentí unas luces
pero no los abrí, minutos después la señora a mi lado me ha despertado y me ha
dicho " te buscan"
Miré hacia afuera pensando que David se había olvidado de
algo, pero no lo vi, cuando enfoqué la vista y la cabeza me sorprendí a su
sonrisa, a sus dulces ojos, la señora bajó para darme
paso.
Lo miré
Lo miré
¿Te llevo a casa? me dijo despacito, ya serio, pero con ese
tono que suplica que por favor no diga
no.
Abrió la puerta, sonreí, " loco " le dije. Tomamos carretera.
Me ha visto salir de la
oficina, me ha seguido, a esperado a que David se fuera y me ha buscado, primero en el autobús, luego en el taxi.
Nunca he entendido bien su atrevimiento, no sé de qué forma
nos unimos, pero no me deja, egoísta, soberbio, elegante, cuando no me lo
imagino vuelve.
Lo he sentido mientras camino, inexpresiva, me he emocionado ante la coincidencia de nuestras miradas, ahí en
la distancia, sin detenernos, nos basta tocarnos con los ojos para llenarnos y volvernos a vaciar.
-Es la licenciada Bessie
Le dice la recepcionista cuando lo ha encontrado en el
principio de la escalera admirándome los pasos.
No responde, finge que no me conoce. Sonrie , baja los ojos, cambia de tema.
Es que él no me mira, me miran los demás, él vanidosamente
me recuerda.
Me encuentra, me toma,
sin anuencias, sin alardes.
Ahí, calida indiferencia!, apenas dialogamos desde mi vestido, desde mi silencio.
Así que cada vez que me alcanza de esta forma, como si fuera vital , cuando el impulso le
excusa, y detiene todos los autobuses para verme, como si al
tiempo le faltara tiempo, como si el arrojo tuviera que notarse urgente...me
convence.
Toma mi rostro con
sus manos, no me suelta, alargamos los segundos, el mundo tiembla, te extrañé tanto, dice, como un ultimo suspiro, como si dejara escurrirse lo secreto, lo miro, me disuelvo en el momento
que inventamos, los impedimentos no
parecen persistentes, también te extraño, respondo, jamás me cree,
repite que no me cree, pero ya no le importa no creerme.
Besarlo me dota de una
idiota valentía, hace brotar la Bessie incontenida. Sus labios son dos
grandes olas donde baño todas mis precipitaciones, mis deseos de cariño.
Pero no, no nos amamos, nos intuimos, nos ansiamos, nos
sabemos libres y lejanos.
Lo he dicho antes, el amor es una cuestión de decisión, él
y yo aquella noche de hacienda decidimos no querernos.
-Me casaré con él- le dije- nos iremos fuera del País , voy a olvidarte.
Luego tiré mis arrebatos para golpearle de un dolor interno la cabeza, dijo que no volvería a buscarme , tranquilamente tomó el auto y me devolvio a mi casa
Y lo cumplió , hasta que ya no pudo lo cumplió, yo suelo olvidarlo por meses enteros, hace años
No puedes buscarme más, le digo, luego como hoy, agradezco secretamente su desobediencia.
Luego tiré mis arrebatos para golpearle de un dolor interno la cabeza, dijo que no volvería a buscarme , tranquilamente tomó el auto y me devolvio a mi casa
Y lo cumplió , hasta que ya no pudo lo cumplió, yo suelo olvidarlo por meses enteros, hace años
No puedes buscarme más, le digo, luego como hoy, agradezco secretamente su desobediencia.
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