Hoy por la mañana en la oficina, Onno me ha mostrado una carta que hizo para la chica que le gusta, desprovista de su usual poesía, más sencilla que nunca.
Me ha advertido también que no me burle.
"Te escribo, porque deseo explicarte de alguna forma, que sin que yo lo planeara, inesperadamente te has convertido en alguien que tiene un espacio en mi pensamiento, en las cosas que hago y es por esto que también es importante para mí, decirte que todos los momentos a tu lado me acercan a un lugar en el que quiero permanecer todo el tiempo que sea posible.
También, quiero que sepas que al escuchar que tú no estabas preparada para tener una relación con más compromisos, supe que tampoco yo lo estaba, pero ¿Quién en realidad está preparado para algo?, ¿Quién puede asegurarnos que existe un momento preciso?
El punto es, que de la forma como quieras llamarle a la cercanía que últimamente hemos tenido, para mí ha sido como sentir los rayos del sol luego de caminar durante días en un estrecho pasillo verde con luz artificial; mis ojos tardan en acostumbrarse y mi piel se alegra en tu calor, así sucede cuando estoy contigo, unos minutos, una hora.
Luego, cuando te vas, regreso al túnel y no puedo escucharte, porque camino hacia atrás aunque no volteo, pero tu voz se pierde y me quedo mientras vuelves, intentando reconocerte entre una lluvia de sonidos.
De ninguna manera es un reproche, éste es en cambio, algo así como un breve manual de usuario de mi corazón, una pausa de reconocimiento con aire fresco, un punto y seguido. Quiero entenderte con tus tiempos y abrazar tus dudas.
Quiero pedirte te mantengas cerca de la pared que rompimos juntos para sentir el sol, y que sepas que si te busco es porque deseo encontrarte, si te llamo es porque necesito hablarte, y si te escribo es porque no tengo una mejor manera de decirle a una persona lo mucho que me importa.
Uno sabe que al sentir el sol también cambia el paisaje y es posible acostumbrarse rápidamente a estar simplemente un poco mejor, hay quien como yo, desea salir por completo del túnel, dejar de ser visitante de la luz y un mero trámite.
Quizás yo tampoco estoy preparado para estar atado a una costumbre o una obligación temprana, pero sí quiero ser el receptor de tu luz, el poseedor de lo que al espacio de mi cuerpo le toque de tu sol; tampoco quiero causarle sombra a tu objetivo y no escondo que en mi ambición menos lejana, pretendo ser contigo un todo.
Te escribo todo esto, para decirte que necesito escuchar tu voz más de cerca, pedirte que el tiempo que pasamos juntos no sea lo que haces cuando has terminado todo lo importante; todo esto para explicarte que voy a estar a tu lado todo el tiempo que tú quieras.
Todo esto para decirte que no quiero que me hagas falta sin saber que estás ahí y yo sepa que escucharé tu voz en el pasillo, cuando menos lo espero; sabes que así será conmigo, porque entiendes que en esto somos dos.
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