12.9.12

MITSOU





Balthus (cuyo nombre auténtico era Balthasar Klossowski de Rola), fue uno de los grandes maestros de la pintura figurativa del siglo XX. Nació en 1908 en París, en una familia polaca con tendencias artísticas. Vivió en Berlín y, tras la separación de sus padres, se trasladó a Suiza, donde el poeta Rainer Maria Rilke, amante de su madre Baladine, se convertiría en su mentor hasta su muerte en 1926.



A los 10 años, Balthus realizó su primera obra de arte importante: 40 dibujos en los que narra la historia de un niño (su propia historia) que encuentra a un gato, lo adopta, pasea, juega y duerme con él, y finalmente… lo pierde y llora desconsoladamente. Rilke se emocionó tanto con los dibujos del jovencísimo Balthus que escribió un prefacio para ellos y los publicó con el título de Mitsou, Histoire d’un chat en 1921. En el prefacio de Mitsou, Rilke cuenta con palabras la historia que Balthus narra en sus dibujos, y reflexiona acerca de la pérdida y la frustración, y la dificultad para aprehender, dictar, controlar, poseer otras vidas… En definitiva, sólo se posee algo cuando se renuncia a ello. La naturaleza del gato, dice Rilke, como la de la posesión, es elusiva, ¿acaso alguien puede asegurar que existen los gatos? Pese a la duda de Rilke, Balthus se empeñó de adulto en demostrar su existencia con todos los gatos que pasaron por su vida y por sus cuadros. El rey de los gatos (1935) fue, de hecho, el título que dio a uno de sus autorretratos.

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