Apareció una, luego otra, y luego otra.
Era verano y estaban por todas partes reproduciéndose como una plaga antigua.
Yo escuchaba sus latidos a través de la madera; te pregunté si las cucarachas tenían corazón y tú me dijiste que no sabías de eso.
Qué poco conocemos las cosas sencillas, pensé.
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