XIII
los que convencieron a las multitudes con su inspiración, los que conversaron tres días sin parar con las cabezas rapadas y luego saltaron al vacío, los que repitieron las palabras cientos de veces hasta llegar a los centros armónicos del lenguaje y hacer saltar la poesía en pedazos, los que se perforaron el cerebro para introducir gloria, ideas científicas y saludos de cumpleaños, los que liberaron a todos los pájaros de los museos y a todas las esporas de los invernaderos, los que abrazaron a sus madres, hermanas y amantes antes de partir a abrazar el mar, los que descubrieron los caminos auténticos en medio de la confusión, los que entregaron su sangre sonriendo, los hombres-faros que se irguieron majestuosos en los mares y en los tiempos, los primeros en señalar el cielo y en ser deslumbrados por él y en pagar por su pureza en la oscuridad para siempre, todos ellos se elevan esta mañana, bocas agrias al despertar, ojos que echan raíces en el espejo, buscando la vida, que trepa, libélula en nuestra sangre.
los que convencieron a las multitudes con su inspiración, los que conversaron tres días sin parar con las cabezas rapadas y luego saltaron al vacío, los que repitieron las palabras cientos de veces hasta llegar a los centros armónicos del lenguaje y hacer saltar la poesía en pedazos, los que se perforaron el cerebro para introducir gloria, ideas científicas y saludos de cumpleaños, los que liberaron a todos los pájaros de los museos y a todas las esporas de los invernaderos, los que abrazaron a sus madres, hermanas y amantes antes de partir a abrazar el mar, los que descubrieron los caminos auténticos en medio de la confusión, los que entregaron su sangre sonriendo, los hombres-faros que se irguieron majestuosos en los mares y en los tiempos, los primeros en señalar el cielo y en ser deslumbrados por él y en pagar por su pureza en la oscuridad para siempre, todos ellos se elevan esta mañana, bocas agrias al despertar, ojos que echan raíces en el espejo, buscando la vida, que trepa, libélula en nuestra sangre.
Fragmentos de Diario de un agonizante, 1995, Julio Inverso, Vintén Editor.
1 comentario:
Feliz, feliz cumpleaños. HB:
Usted no renuncie,
no se venga abajo.
Va estar viejo el barco,
seca la rosa,
en llamas el bosque,
las calles vacías,
los bares cerrados,
la muerte en el aire
y el calor se hará denso;
pero usted no renuncie,
no se venga abajo.
Tal vez necesitas
saber lo que viene,
no mires a otro lado;
resiste en el miedo
y aprende los brazos
que puedes torcerle.
Que no te convenza la nada
de haberte quedado solo,
te tienes a ti: lo que la fortuna buscan dominar.
Usted no renuncie,
no se venga abajo.
Lo peor de tener la razón
es saber que ya la tenías
cuando sospechabas
y sí,
es oscuro el ambiente:
unos contra otros
haciendo subir los caminos
que llevan al duelo;
pero usted no renuncie,
no se venga abajo.
Que te sirva saber
que se sigue con vida
hasta el último aliento;
que la vid en el vino
no se ahogó en el invierno
y que las estrellas se extinguen
soñando contigo
detrás de la cima
donde las nubes duermen.
Usted no renuncie,
no se venga abajo.
Los barbaros llegan,
la paciencia se acaba,
el odio resurge,
la memoria se quema,
los borrachos declinan,
los amigos se matan,
las campanas doblan
y todo es una farsa;
pero usted no renuncie,
no se venga abajo.
Sé que no me conoces
ya te han engañado otras veces,
no creas en mí.
Solo ponte la mano en el pecho
y di las primeras palabras
que te animen la boca;
si preguntas cómo hacerlo
esa es tu señal y respuesta.
Omar Alej.
Y...Canción:
https://www.youtube.com/watch?v=uTaaY43j_y4
;*)
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