25.1.16

ALERTA SISMICA

Era de madrugada y sonó la alerta sísmica,  nos vestimos rápido y abajo encontramos a un montón de gente aturdida en pijama esperando un sismo que jamás llegó.

En facebook las personas se quejaban del susto y hacían bromas sobre el posible malentendido.
Yo escribí:

"Ahora tendremos que hacer el amor toda la noche, sólo para no quedarnos dormidos"

A mis amigos les pareció gracioso.

Al día siguiente nos levantamos tarde. Omar se bañó,  se vistió  para salir al trabajo. En aquellos dias yo esperaba el proyecto de Guadalajara, así que sólo me presentaba en la oficina cada semana. Era la una de la tarde y después de la desvelada anterior me di el lujo de permanecer en calzones.
Adrián se despedía de mí con un beso cuando volvió a sonar la alarma.
Cogí rapidamente un pantalón de pijama suyo y enorme, una chamarra de cuero y los zapatos negros de charol que parecen de bailarín de tap, mi cabello también era un desastre. Bajamos así, esta vez todos estaban bastante bien arreglados, sólo yo lucía esa facha, Adrian me abrazaba protegiendome de las posibles murmuraciones sobre mi atuendo, nos miramos, nos reímos de mi aspecto y me volvió a dar un beso. Era de todas sus acciones de amor quizá una de las más pequeñas, pero para mí era una gran certeza. Nunca con él tuve regaños por mis faltas o locuras, tuve risas y besos, siempre.


El sábado mi psicólogo dijo que lo nuestro no era amor.

Dijo cosas sobre él y sobre mí
"Una persona que tiene la paciencia de esperarte quince años no es una persona sana mentalmente, afirmó. Es un obsesivo."

Le hablé sobre nuestro abrazo amoroso y la conexión que nos unía espiritualmente, dijo que yo no podía estar segura que él sintiera lo mismo.

"Sin embargo estoy segura", respondí.

Hoy estoy más feliz. Han pasado muchos días y tengo nuevas ilusiones y proyectos. Ayer por primera vez vi la posibilidad de mi futuro sin él, ya no me desgarra el alma esa posibilidad. Cada día camino un camino extraño y me pierdo más de vista. El futuro se abre en múltiples probabilidades. La felicidad existe en todas ellas.

El amor persiste a pesar de los diagnósticos.

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