5.4.12

Silencios

Finalmente salí de ese exámen infinito,  estaba agotada del viaje y cargaba mis maletas, la salida estaba sola, y de pronto llegó él. Lo noté pero no inicié ninguna conversación, lo había visto antes en el salón, sin embargo deseaba tanto estar en silencio. Después de media hora de esperar sin suerte a que pasara un taxi, me dijo
-Esa sería una ventaja de no tener que volver aquí. 
Y supe que era un chiste porque sonrió. No respondí, pensó que no le había entendido así que explicó su comentario nuevamente, me causó ternura su amabilidad, así que también sonreí. Finalmente el taxi no pasó y nos fuimos juntos en un microbus, ahí entre trafico y gente platicamos un poco sobre lo que hace
 -Trabajo con Sergio Aguayo, investigo sobre democracia. Si no apruebo en el CIDE me regreso a El Salvador.
Después con acento bonito agregó: 
-cuando quieras puedes ir 
-gracias, no había pensado en ir próximamente a El Salvador, ahora iré
Otra vez sonrió, quizá pensando que yo no debía tomar una amabilidad en serio, o quizá solo es un chico que sonríe mucho. 

Cuando nos despedimos preguntó mi nombre
 -yo me llamo Alexis.
Me despedí de Alexis y corrí a tomar el taxi. 

Hace un minuto mientras buscaba una información sobre Lorenzo Meyer di con un texto de Sergio Aguayo, en los créditos aparecía un nombre: Rubén Alexis Guillén Monterroso, ¿Será él?
Y ahora que sé su nombre completo me pregunto ¿para qué lo sé? 
Lo guardaré aquí para el futuro, el futuro es muy creativo y quizá quiera ir de verdad a El Salvador. 

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