Yuri, Dul y Bess
Cuando nos conocimos cada una arrastraba pasados que nadie deseaba tocar.
Cada una a su modo resguardaba su piel.
Esperábamos también un corazón valiente, sin decirlo en voz alta para no herir la esperanza.
Construimos teorías sobre la marcha, nos disfrazamos de ejecutivas, de princesas y de locas.
Perdimos el miedo a volver a caer, con clavos en las rodillas volvimos a caminar.
De ahí a la fecha las risas han mejorado mucho.
Nosotras sobrevivientes de torbellinos sin pausa, nuestro deseo sigue corriendo libremente por las calles, nos ponemos bonitas, nos sentamos al sillón de frente a la ventana , y nos burlamos de aquel rumor de que nuestro corazón es una casa de citas.
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